viernes, 19 de junio de 2015

Capítulo 2






ALMAS GEMELAS
CAPÍTULO 2: BESOS ROBADOS




NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS
INT. / HOSPITAL, URGENCIAS, SALA DE ESPERA / DÍA

Raquel y su hermana Martha están en espera de noticias sobre la salud de su padre, don Matías, quien como recordaremos sufrió un infarto en el capítulo anterior. Junto a ellas se encuentran Miguel, el mánager de la cantante, así como Alejandro, su guardaespaldas.



Martha: Como le pase algo a mi papá me muero, te lo juro hermana…

Raquel: Dios mío… ojalá pronto nos den noticias… estoy en un sin vivir, Martha.

Alejandro: Disculpe que las interrumpa… por ahí creo que llega un médico.

Todos voltean a ver…

Miguel: ¿Doctor, sabe algo de mi tío Matías Leyton? Soy su sobrino, me llamo Miguel.

Doctor: Buenos días… Entonces… ¿Son ustedes los familiares de Matías Leyton?

Raquel: Así es doctor, mi hermana y yo somos las hijas.

Alejandro: ¿Cómo se encuentra don Matías? ¿Está bien?

Doctor: Afortunadamente está fuera de peligro, logramos estabilizarlo pero está grave.

Raquel: ¿No y que acaba de decir que está fuera de peligro? No entiendo.

Doctor: Su padre está muy delicado. Lo más seguro es que tengamos que tenerlo ingresado durante al menos una semana en el hospital y ver su evolución.

Alejandro: ¿Qué fue lo que pasó?

Doctor: Don Matías sufrió un infarto…

Martha: Oh Dios mío… (Preocupada) Alejandro… (Se abraza al guardaespaldas de Raquel, descaradamente)

Alejandro no sabe como reaccionar y se siente algo incómodo. Mientras tanto Raquel les mira celosa…

Miguel: Doctor… ¿Cuándo podremos pasar a ver a mi tío?

Doctor: Si quieren pueden entrar a verle dos personas.

Raquel: Yo primero, por favor…

Miguel: Y yo… quiero saber como está mi padrino.

Doctor: Ok, perfecto, acompáñenme, por favor.

Raquel: Está bien, doctor. Luego hablamos… (Mirando a Alejandro y Martha)

Cuando Miguel y Raquel se han marchado con el médico, Martha conversa a solas con Alejandro.

Martha: Disculpe Alejandro… no debí… (Finge vergüenza)

Alejandro: No se preocupe señorita, no hay problema, entiendo.

Martha: Puedes hablarme de tú, por favor. No me gusta me traten de usted, soy una mujer joven todavía. ¿No le parece?

Alejandro: Sí, perdón, es la costumbre. Suelo hablar así a mis clientes.

Martha: Pero yo no soy su cliente, Alex… soy la hermana de su cliente. Puede haber confianza.

Alejandro: Como usted prefiera, señora Leyton, perdón, como tú prefieras. (Sonríe)

Martha: Así me gusta… sabes Alejandro… (Le empieza a acariciar el pecho sobre la camisa)

Alejandro: Señorita… (Nervioso)

Martha: Me gustas mucho… pero mucho, mucho, papi… (Sonríe coqueta)

Alejandro: Creo que este no es el momento ni el lugar para…

Martha: No digas nada, mi amor… ¿Sabes? Si tu quisieras podríamos pasarla muy rico los dos juntos… ¿Qué dices? (Le guiña un ojo)

Alejandro: Estoy trabajando señorita, no me diga esas cosas. (Tenso)

Martha: ¿Qué problema hay? Soy una mujer atractiva, tú eres un hombre… ufff… (Se muerde el labio) Un galán de telenovela.

Alejandro: Le repito que…

Ella se coloca detrás de el y le acaricia el cuello con descaro, tocándole el pecho sobre la camisa a espaldas de Alejandro.

Martha: ¿No te gustaría pasar un buen rato conmigo, papacito? (Sonríe con vanidad)

Alejandro: Ya basta por favor… ¡Basta ya! (Voltea) No estoy aquí para eso… estoy aquí para velar por la seguridad de su hermana Raquel. ¿Entendió?

Martha: Raquel, Raquel… chico, pareciera que te gustara mi hermana en vez de yo.

Alejandro: Piense lo que quiere, si me mude a su casa fue por trabajo. No me interesa Raquel.

Martha: ¿Ah no? He visto como la miras… no soy tonta. Te gusta mi hermana.

Alejandro: ¿Y si así fuera, qué debería eso importarle a usted, ah? (Molesto)

Martha: Raquel es una desabrida, no sé que le has visto… Te aseguro que yo puedo darte muchas más cosas de lo que ella te daría jamás, mi amor.

Alejandro: Le he dicho que…

Martha: ¿Y no será que eres gay? (Se burla)

Alejandro: Jajaja. La típica frase cuando un hombre rechaza a una mujer… ¿Sabe qué? Que no todos los hombres nos acostamos con la primera ofrecida que se nos pone por delante.

Martha: ¡Pero será descarado! (Le intenta dar una bofetada pero él la toma del brazo)

Alejandro: No me interesas Martha, no me gustas. (Sonríe burlón) No eres mi tipo. ¿Entendiste?

Martha: Desgraciado… maricón… ¡Imbécil! ¡Te vas arrepentir de esto! ¡Te lo juro!! (Se va, furiosa)

Alejandro: Jajajajaja. Pero será estúpida… ¿No y que está su padre ingresado, que casi se muere y la tipa se me regala en medio de un hospital? Esto es alucinante, en serio.

En ese momento aparece Raquel, quien ya ha estado visitando a su padre en urgencias.

Raquel: Disculpa Alejandro… apenas tuve unos minutos para visitar a mi papá. Miguel se fue a la cafetería con mi hermana.

Alejandro: ¿Cómo está don Matías?

Raquel: Regular… consciente pero muy débil. Dice que no va a poder ir a verme al concierto del viernes. (Triste)

Alejandro: No se preocupe, seguro la podrá ver actuar por la tele. (Sonríe) O por internet.

Raquel: Es verdad, no lo había pensado, qué tonta. El concierto es televisado.

Alejandro: Por eso mismo… y ya deberíamos regresar a la casa pues tenemos que planificarlo todo bien.

Raquel: Ok… le acompaño entonces… Sí, hay que pensarlo todo, hora de llegada, puerta de entrada para ir a mi camerino en el auditorio…

Alejandro: No se preocupe. Hablaré con Jonathan, su chofer, para que todo salga perfecto. No tema, no le pasará nada.

Raquel: Tengo miedo que ese loco de las cartas esté allí entre la gente.

Alejandro: Yo estaré cerca de usted, no tenga miedo. Le juro que todo irá bien.

Raquel: Sólo le pido una cosa.

Alejandro: Usted dirá, señorita Leyton.

Raquel: ¿Eres colombiano?

Alejandro: No… ¿Por qué?

Raquel: Todo el rato con el usted, usted para arriba, usted para abajo, me tiene harta ya.

Alejandro: Jajaja, perdón, ya le he dicho. Es mi forma de hablar con los clientes. Es por respeto.

Raquel: Pues no me respete tanto que ya me tiene aburrida con el usted y el señorita Leyton.

Alejandro: Jajaja. Lo siento, no volverá a pasar, se lo prometo. A partir de ahora nos hablaremos de tú.

Raquel: Eso está mejor… (Sonríe dulce)

Ambos se miran a los ojos y escuchamos las primeras estrofas de “I will always love you”, de Whitney Houston, tema musical de la historia.


INT. / MANSIÓN LEYTON, SALÓN / NOCHE

Raquel, Miguel, Martha, Alejandro y Jonathan, el chofer, están hablando sobre el concierto del viernes. Alejandro les muestra un plano del auditorio y de la zona, sobre una mesa, así como les va indicando ciertos lugares y explicando lo que van a hacer.



Alejandro: ¿Entendieron? Jonathan y yo llegaremos con Raquel por la puerta principal en el primer coche. En el segundo viajarán Miguel y Martha.

Raquel: Me parece bien, Alejandro.

Martha: (Imitándola) Me parece bien, Alejandro… ¡Esto es una estupidez! ¡Deberíamos viajar todos en el mismo coche como siempre!

Alejandro: Dos coches siempre distraen más la atención de la gente y si el tipo de las cartas anónimas está por allí, le confundiremos un poco.

Miguel: Buena idea, Alejandro, la verdad no lo había pensado así.

Alejandro: Después llegaremos al camerino, todos juntos, siempre rodeando a Raquel.

Jonathan: ¿Y qué hay si ese tipo intenta algo?

Alejandro: Para eso les voy a dar esto… (Les muestra dos pistolas a Miguel y Jonathan)

Miguel: ¿Te has vuelto loco Alejandro?

Alejandro: Toda seguridad es poca, es probable que el tipo intente atacar a Raquel, por lo que si van armados, ella se sentirá más protegida. Eso sí, Raquel, no te separarás de mí, ni un solo momento hasta que no subas al escenario. ¿Entendiste?

Raquel: Ok, Alejandro. Sabes que confío en ti y pongo mi seguridad en tus manos.

Alejandro: Tu hijo se quedará en la casa con la niñera y uno de mis hombres de confianza.

Miguel: ¿Has contratado a alguien más?

Alejandro: Tengo un buen amigo que nos echará una mano con eso. No se preocupen. NO quiero que la casa quede sola en nuestra ausencia.

Raquel: ¿Crees que ese loco podría intentar hacerle daño a mi hijo? Dios mío… (Asustada)

Alejandro: No creo, las amenazas siempre van dirigidas a ti. Precisamente hoy han llegado dos cartas más.

Raquel: Ese chiflado va a volverme loca. Cuando fui hoy al hospital por lo de mi papá, miraba a todas partes como una paranoica. Empiezo a ver cosas donde no las hay.

Martha: Yo creo que Alejandro está exagerando, Raquel… ¿Qué te va a pasar? Seguro no es más que un loco enamorado de ti y como no les das bola pues te insulta con anónimos. Esos tipos son inofensivos, perro que ladra no muerde, mujer.

Alejandro: No podemos fiarnos de eso Martha. Las cartas son claras amenazas de muerte, no simples insultos de un fan chiflado.

Raquel: ¿Ha hablado ya con la policía sobre todo esto, Alejandro?

Alejandro: Sí, precisamente hace un rato hablé con el comisario. Están al tanto, ya tienen varias cartas en su poder para analizarlas e intentar encontrar huellas, ADN, o algo que pudiera identificar a ese tipo.

Miguel: Esperemos den cuanto antes con ese cerdo. Mi prima no puede estar 24 horas en un sin vivir, pensando lo peor.

Alejandro: Bueno pues ahora a esperar al viernes.


UNA SEMANA DESPUÉS
INT. / BUNGALOW DE ALEJANDRO, SALÓN / NOCHE

Ha pasado una semana y poco a poco Raquel y su guardaespaldas han ido haciendo más amistad hasta el punto de que su relación tan tensa del inicio se ha convertido en algo muy especial. Alejandro está viendo una película sentado en el sofá, cuando es interrumpido por Raquel. Es la víspera del concierto.



Raquel: Buenas noches, Alejandro, perdona que te moleste.

Alejandro: ¡Hola! No te esperaba, Raquel. ¿Algún problema? (Se levanta del sofá)

Raquel: Sólo venía a desearte las buenas noches. Ah, y saludos de mi hijo. (Sonríe)

Alejandro: Ese chaval es bien simpático. No se parece mucho a ti, que digamos.

Raquel: Gracias por el cumplido… (Con sarcasmo)

Alejandro: Jajaja, vamos, no te enfades, era una broma.

Raquel: Lo sé… Alejandro… gracias.

Alejandro: Gracias… ¿Por qué?

Raquel: Por lo que estás haciendo por mí, y por mi familia. Si no fuera por ti no se si mi papá se habría salvado.

Alejandro: Hice lo que tenía que hacer, además yo no le salvé, le salvaron los médicos.

Raquel: Eres un hombre muy noble. David te admira mucho. ¿Sabes? Dice que le gustaría ser guardaespaldas como tú de mayor.

Alejandro: Pues es una vida muy dura, no se la recomiendo. Mejor que estudie. (Sonríe)

Raquel: Eso le digo pero bueno, niños… ya sabes como son. Un día quieren ser astronautas, otro bomberos, otro guardaespaldas de cantantes famosas….

Alejandro: Jajaja.

Raquel: Me gusta cuando te ríes. Tienes una bonita sonrisa. ¿Nunca te dijeron? (Nerviosa)

Alejandro: Gracias…

Raquel: ¿Sabes, Alejandro? Desde que mi marido murió no había vuelto a…

Alejandro: ¿A?

Raquel: Nada, olvídalo…

Alejandro: ¿Qué pasa Raquel? (Se le acerca)

Raquel:  Nada, no me pasa nada… no te me acerques… (Nerviosa)

Alejandro: Perdón…

Raquel: Es que… es que me pones muy nerviosa.

Alejandro: Lo sé… (Sonríe)

Raquel: Alejandro, yo…

Pero en ese momento, el guardaespaldas la toma de la cintura y la roba un dulce y apasionado beso en los labios. Raquel se deja llevar y juntos se besan durante unos instantes, escuchamos música, I will always love you, de Whitney Houston.

Alejandro: Lo siento, no pude evitarlo… (Avergonzado)

Raquel: ¡Alejandro! (Nerviosa, avergonzada)

Alejandro: No puedo evitar sentir estos deseos de besarla cuando la siento tan cerca de mí.

Raquel: No me digas esas cosas, por favor…

Alejandro: Perdóname, Raquel, no volverá a pasar. Se lo juro.

Raquel: No me hables de usted, te he dicho.

Alejandro: Lo siento. Es que…

Raquel: No digas nada, por favor…

En es momento ella se lanza a besarle, ambos se dejan llevar nuevamente. Raquel y Alejandro se besan apasionadamente, abrazados junto a la ventana del salón del bungalow de él. Desde la mansión, desde la ventana de su cuarto, Martha los ve y…


INT. / MANSIÓN LEYTON, DORMITORIO DE MARTHA / NOCHE

Martha: Zorra… sabía que te le ibas a meter por los ojos al guardaespaldas, desgraciada pero te va a durar poco el capricho. Pronto yo seré la dueña de todo esto y triunfaré en los escenarios como me merezco, eso te lo juro estúpida. Tienes los días contados. (Sonríe con maldad y bebe de una copa de ginebra con hielo)


INT. / BUNGALOW DE ALEJANDRO, DORMITORIO / NOCHE

Alejandro y Raquel siguen besándose, abrazándose, llenándose de caricias y besos, mientras ambos se desnudan lentamente. Ella le desabrocha la camisa, él hace lo mismo con su blusa… Ambos se dejan llevar por la pasión esa noche, sin importarles nada ni nadie. Alejandro y Raquel hacen el amor por primera vez, envueltos entre sábanas blancas y con el sonido del tema musical de esta historia como telón de fondo.


AL DÍA SIGUIENTE

Nuestra pareja protagonista aún duerme, Raquel abrazada al pecho desnudo de Alejandro. Los primeros rayos del sol entran por la ventana e iluminan el dormitorio.  Raquel comienza a despertar, él hace lo mismo…

Raquel: Buenos días, Alejandro. (Sonríe, le besa en el pecho)

Alejandro: Buenos días… (Sonríe tierno)

Raquel: Te quiero…

Alejandro: Raquel…

Raquel: ¿Qué pasa, Alejandro? ¿Dije algo malo?

Alejandro: Creo que nos precipitamos… esto… esto no… no puede pasar otra vez. (Se levanta de la cama y se comienza a vestir)

Raquel: ¿Qué? ¿Estás hablando en serio?

Alejandro: (De pie) Lo de anoche fue maravilloso, de verdad, pero… no debí hacerlo. No está bien. Tú eres mi cliente, yo tu guardaespaldas. Me he saltado las normas.

Raquel: ¡Deja de decir estupideces, Alejandro! ¡Los dos lo hicimos porque quisimos, somos adultos!

Alejandro: ¿No lo entiendes? No puedo protegerte así.

Raquel: Claro pero si puedes hacerme el amor. ¿Verdad? (Enojada)

Alejandro: No seas así… yo… (Avergonzado)

Raquel: Pensé que yo te gustaba de verdad, pero ahora veo que sólo he sido una aventura para ti. ¿Qué, estarás contento de haberte tirado a una cantante famosa, verdad?

Alejandro: ¡Eso no es cierto! (Molesto) No me hables así, no es lo que piensas, ya te dije. Tú eres mi cliente.

Raquel: ¡Al diablo con eso! (Se levanta de la cama envuelta en una sábana)  Me gustas mucho, Alejandro, me encanta tu compañía, tu forma de ser… Eres un hombre noble, tierno, sincero… (Sonríe dulce)

Alejandro: Raquel, por favor…

Raquel: No quiero que salgas de mi vida…

Alejandro: No me hagas esto.

Raquel: Dime que no te vas a marchar.

Alejandro: Tengo un contrato y debo cumplir con mi trabajo.

Raquel: No estoy hablando de eso. No te necesito como guardaespaldas, sino como hombre.

Alejandro: Raquel…

Raquel: Te amo, Alejandro… te amo. (Le besa)

Alejandro: Y yo a ti…. (Se besan)

En ese momento, suena el teléfono de la mesilla. Raquel contesta y...

Raquel: ¿Aló?

Voz masculina: Puta, vas a morir... (Colgando la llamada)

La cantante se queda petrificada, muy nerviosa y asustada. Alejandro la mira sin entender lo que ocurre. Escuchamos música incidental...

CONTINUARÁ…

domingo, 14 de junio de 2015

Capítulo 1




ALMAS GEMELAS
CAPÍTULO 1: LA LLEGADA DE ALEJANDRO
Episodio 1 de 4





NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS

INT. / MANSIÓN LEYTON, DESPACHO DE MATÍAS / DÍA

Don Matías Leyton, el padre de Raquel y Martha, está conversando con Alejandro, un guardaespaldas profesional que piensa contratar para proteger a su hija mayor. Ambos hombres charlan sentados a ambos lados del escritorio del señor Leyton. Don Matías se fuma un puro con mucho estilo.

 photo 14342465163012073712_zpsqjgh0qka.jpg photo 1434246662242736716_zpsjoqbeokk.jpg

Matías: Si le mandé a llamar señor Fontana es para un trabajo especial. Necesito que sea el guardaespaldas de mi hija Raquel a tiempo completo.

Alejandro: ¿A tiempo completo? Eso va a ser mucho dinero, señor Leyton.

Matías: El dinero no es problema para nosotros. Además sé que usted estuvo trabajando en el servicio de seguridad de la Casa Blanca el año pasado para Obama.

Alejandro: Sí, así es… pero nunca he trabajado con gente del medio artístico.

Matías: No se preocupe, estoy seguro que mi hija aceptará de buen grado. Estamos muy preocupados porque lleva tiempo recibiendo cartas anónimas con amenazas de muerte, señor Fontana.

Alejandra: ¿Cartas con amenazas de muerte? Pero eso es muy grave, deberían haber avisado a la policía. La señorita Raquel sabe de todo, imagino.

Matías: No, no lo sabe, y no se le ocurre decirle nada, no queremos alarmarla.

Alejandro: Bueno… me parece que si voy a protegerla, Raquel debe saber la verdad. ¿No les parece?

Matías: Ya hablaremos de eso a su debido tiempo, ahora si me permite, me gustaría presentarle a Raquel y al resto de la familia así como al equipo.

Alejandro: Ok, está bien. (Ambos se levantan de sus respectivos asientos)

Matías: Venga por aquí, por favor, acompáñeme, Alejandro.


INT. / MANSIÓN LEYTON, DORMITORIO DE MARTHA / DÍA

Martha, la hermana menor de Raquel e hija de don Matías, está hablando por teléfono con un misterioso hombre a quien sólo podemos escuchar su ronca voz, más no ver su rostro. Martha le pide algo, algo que nadie se imagina…

 photo 1434247489148369532_zpsmmtkpcec.jpg

Martha: Está bien, te pagaré la mitad ahora y el resto cuando acabes el trabajo.

Voz: Perfecto, preciosa, me encanta hacer tratos contigo, mi amor.

Martha: Necesito que saques a Raquel de en medio cuanto antes. Estoy harta de vivir a su sombra, de ser la hermana de… La otra. La estúpida que no tiene nada mientras ella lo tiene todo, fama, dinero, prestigio… (Furiosa) ¡Estoy harta de ser nadie a su lado!!!

Voz: Cálmate, mi bella dama… no te sulfures… pronto tus deseos serán realidad, princesa.

Martha: Eso espero… pero recuerda, nadie debe saber de esto.

Voz: Confía en mí… ¿Cuándo te he fallado yo, eh? (Sonríe burlón)

En imagen vemos sus labios y sus dientes blancos pero no podemos saber quién es.

Martha: Escúchame, mañana mismo te ingresaré 20.000 dólares en tu cuenta. Los otros 20.000 los tendrás al finalizar el trabajo. Tal como te he dicho. No quiero fallos.

Voz: Descuida, Marthita, todo está bajo control, recuerda que soy un profesional, mi amor. (Sonríe)


INT. / MANSIÓN LEYTON, SALÓN / DÍA

Raquel está ensayando una de sus canciones, suena la música (I will always love you, de Whitney Houston). La joven realiza una magnífica interpretación delante de su equipo técnico, es un ensayo. Frente a ella está su mánager, Miguel. Justo en ese momento aparecen don Matías y Alejandro, y presencian la actuación. El guardaespaldas se queda impactado con la belleza y el talento de Raquel y únicamente la observa sin perder detalle.

 photo 143424641992859814_zpsco0jfcjv.jpg

Raquel: 

And I... will always love you, ohh..

I will always love you... ohhI 
I will always love you... ohh 
Iwill always love you... ohh
I will always love youuuu....
I, I will always love you.


 photo 14342465163012073712_zpsqjgh0qka.jpg photo 1434246662242736716_zpsjoqbeokk.jpg

Matías: ¿Qué le dije? Es una artista de los pies a la cabeza, Alejandro. (Sonríe orgulloso)

Alejandro: Ya veo…

Matías: No me diga que no la conocía… no me lo creo, en serio.

Alejandro: La verdad no estoy muy al tanto de la música de hoy… Apenas tengo tiempo para esas cosas, si le soy sincero.

Matías: Ven, voy a presentarte a Raquel. ¡Raquel, hija!!!

La actuación termina y se apaga la música… Raquel sonríe contenta y feliz, y es animada por su mánager.

 photo 1434246751198979413_zpsp5wzx2uz.jpg

Miguel: ¡Bravo, bravo, bravooooooooooooo!!!!! ¡Ese  concierto va a ser un éxito, Raquel, un verdadero exitazo!!!

Raquel: Ojalá tengas razón, Miguel… ¿Cómo va la venta de entradas?

Miguel: El auditorio está completo, no cabe un alfiler. El viernes vas a arrasar. Que se prepare esa culona de la Beyoncé, que vas a barrer el piso con ella, que digo el piso, la quinta avenida. (Sonríe)

Raquel: Jajaja, tú siempre tan exagerado, primito. ¿Quién es ese hombre?

Ambos miran hacia Alejandro y Matías.

Miguel: Ni idea… supongo algún productor de televisión…

Raquel: Voy a ver… (Se marcha dejando a Miguel hablando sólo)

La joven mulata se acerca hasta su padre quien está conversando con Alejandro.

Raquel: Hola papá… Disculpa, estaba ensayando y..

Matías: Mi niña quiero presentarte a alguien. Alejandro Fontana, Raquel Leyton, mi hija.

Alejandro: Encantado, señorita Leyton.

Raquel: Un placer… (Sonríe con vanidad)

Matías: A partir de hoy Alejandro será tu nuevo guardaespaldas, mi amor.

Raquel: ¿Guardaespaldas? No papá, no quiero más seguridad en esta casa, estoy harta.

Matías: Es por tu bien cariño… debes protegerte, hay gente muy loca por ahí que podría hacerte daño. Tienes muchos fans pero también mucha gente que te odia por ser guapa, famosa y tener una voz fascinante.

Alejandro: Su papá tiene razón, señorita…

Raquel: Usted no se meta en esto que nadie le dio vela en este entierro. ¿Me oyó? No necesito ningún guardaespaldas. ¿Se entera?

Alejandro: Ok, como quiera… (Se marcha)

Matías: ¡Espera Alejandro! (Le toma del brazo)

Alejandro: Su hija fue muy clara conmigo, don Matías. No sé que pinto aquí entonces.

Raquel: Ay pero qué enojón nos salió el niño… (Se burla) ¿Qué le gusta armar berrinches a su edad? Jajaja.

Alejandro: Escúcheme Raquel Leyton, me importa un comino que sea usted cantante, actriz o la princesa de Gales. ¿Me oye? Pero no le consiento me hable en ese tono. (Enojado)

Raquel: Ay que susceptible… Tan guapo y tan amargado… (Se burla)

Alejandro: Mira quien habla de amargura… (Se burla) Debería verse en un espejo, señorita.

Matías: Bueno ya. Raquel no seas grosera con Alejandro, he dicho que se queda y se queda. Te guste o no.

Raquel: Lo que faltaba… Anda y váyanse al carajo. ¡Usted también Alejandrito! (Sonríe burlona y se marcha)

Alejandro: No pienso tener que aguantarme a esa malcriada de las narices, no más faltaba. Yo trabajo con gente adulta y madura no mujeres que se creen todavía en la edad del pavo.

Matías: No la hagas caso, Alejandro, Raquel entrará en razón.

Alejandro:  Escúcheme bien. O le cuenta usted lo de las cartas o se lo digo yo. ¿Está claro? Si quiere que trabaje para Raquel, será con esa condición. ¿Entendió?

Matías: Está bien, está bien… mmm. Hablaremos con ella después del concierto del viernes. ¿Ok?

Alejandro: OK… (Serio) Ahora si me disculpa tengo que irme. Necesitaré algunas cosas de mi casa si es que voy a mudarme acá.

Matías: En el jardín hay un bungalow con todas las comodidades, a partir de ahora esa será su casa.

Alejandro: Muy bien… No hemos hablado de mi salario.

Matías: ¿Qué le parece 3000 netos al mes?

Alejandro: ¿Está hablando en serio?

Matías: Por supuesto, quiero la máxima protección para mi hija y sé que usted es muy bueno en su trabajo.

Alejandro: Lo primero de todo vamos a instalar cámaras de seguridad en el jardín y en la puerta principal. Así como un sistema de alarma en toda la casa.

Matías: Usted manda, diga lo que necesita y yo me encargo.

Alejandro: Bien, así me gusta.

A pocos metros, entre miembros del equipo de Raquel, aparece Martha, la hermana de nuestra protagonista. La joven se acerca a Miguel y…

 photo 1434247489148369532_zpsmmtkpcec.jpg

Martha: ¿Quién es ese tipo que está con mi padre, Miguel?

Miguel: Raquel me ha dicho que es su nuevo guardaespaldas. Parece que mi tío está un poco paranoico con esas cartas que está recibiendo Raquel últimamente.

Martha: ¿No le habrán dicho nada verdad?

Miguel: Claro no… ¿Por quién me tomas?

Martha: Bien… no quiero que se asuste y vaya con miedo al concierto del viernes. Por cierto… (Mirando a Alejandro sin quitarle ojo, se muerde el labio)

Miguel: Ya deja de mirarlo tanto que lo vas a desgastar.

Martha: Es que está buenísimo… (Sonríe pícara) Me gusta ese tipo… ¿Cómo se llama?

Miguel: Alejandro, Alejandro Fontana creo.

Martha: Así que Alejandro… mmm. (Se muerde el labio con deseo)


HORAS MÁS TARDE
EXT. / MANSIÓN LEYTON, JARDÍN / NOCHE

Ya ha caído la noche, Alejandro llega a la mansión para instalarse en el bungalow del jardín donde va a vivir a partir de ahora. En dicho jardín hay un niño jugando con un barco de juguete en el agua de la gran piscina. El chaval le ve y sonríe.

 photo 1434246662242736716_zpsjoqbeokk.jpg photo 1434247369166743309_zpsv7qjmqds.jpg

David: ¡Hola! ¡Tú debes ser el tal Alejandro! ¿A que sí?

Alejandro: ¿Cómo sabes eso?

David: Bueno mi mamá me dijo que hoy iba a venir a vivir acá un tipo gruñón con aspecto de muñeco de torta.

Alejandro: ¿Eso te dijo esa…? (Sin terminar, muy molesto)

David: Venga, no te enfades, hombre… Que es broma. Mi mamá es así con todos los nuevos.

Alejandro: Ya veo… ¿Cómo te llamas?

David: David…

Alejandro: ¿Y tu papá, no vive con ustedes? No le he conocido todavía.

David: Mi papá murió hace 5 años, yo era muy pequeño y apenas le recuerdo.

Alejandro: Lo siento mucho, chaval. (Le acaricia el cabello con ternura)

David: Dicen que se mató en un accidente de coche. No sé bien. (Triste)

Alejandro: No estés triste, seguro que tu papá te está viendo desde el cielo y está muy orgulloso de ti.

David: ¿Te gustan los barcos, Alejandro?

Alejandro: Claro… Me encanta navegar. De niño mi papá me llevaba a un lago en Minessotta. Lo pasábamos bien pescando.

David: Mira este barco me lo regaló Miguel.

Alejandro: Miguel… ¿Quién es, el novio de tu mamá?

David: ¡Noooo!!! Jajaja, que bruto. Miguel es mi tío, nada que ver. Además es el mánager de mi mamá, es bien buena onda. (Sonríe)

Alejandro: Ahm…

David: Mi mamá no tiene novio, no se volvió a casar… siempre está sola. ¿Sabes Alex? Me da pena verla tan solita.

Alejandro: Bueno pero ya llegará alguien, no te preocupes.

David: Me gustaría tener un papá, todos los niños de mi cole tienen papá… (Triste)

Alejandro: No llores, campeón… Ven. (Le da un abrazo)

David: ¿Te gustaría ser mi papá, Alejandro? Di que sí, por fa. (Sonríe ilusionado)

Alejandro: Este… yo… yo… (Nervioso, sin saber qué decir)


INT. / MANSIÓN LEYTON, DORMITORIO DE RAQUEL / NOCHE

Desde la ventana de su dormitorio, en la segunda planta de la mansión Leyton, Raquel lo está viendo todo y conversa con su hermana Martha. Ambas chicas junto a la ventana.

 photo 143424641992859814_zpsco0jfcjv.jpg photo 1434247489148369532_zpsmmtkpcec.jpg

Raquel: Parece mentira que sea tan tierno…

Martha: Hablas de David…

Raquel: ¡No mujer! ¡Del guardaespaldas!

Martha: Ahm… si la verdad que sí. Parece que se le dan bien los niños.

Raquel: David echa en falta un padre, Martha.

Martha: Ya lo sé, hermana… desde que murió tu esposo nada es igual en esta casa.

Raquel: Steven lo era todo para mí, tú lo sabes… Fue una auténtica tragedia.

Martha: Y que lo digas, Raquel.

Raquel: ¿Sabes? Ahora que lo veo bien… (Mirando a Alejandro desde la ventana)

Martha: Es muy guapo. ¿Verdad?

Raquel: Sí, la verdad tiene su atractivo. Quizá le eche los perros.

Martha: ¿Estás hablando en serio? (Pensando: Estúpida, siempre tienes que llevarte los mejores hombres, no sé que tienes tú que no tenga yo…)

Raquel: ¿Me podrías traer un vaso de leche con galletas? Estoy desfallecida. Quiero comer algo y acostarme enseguida. Mañana me espera un día duro de ensayos.

Martha: Ok, hermana, ahorita te lo traigo… (Se marcha)

Al salir al pasillo y cerrar la puerta de la recámara, Martha habla consigo misma.

Martha: Estoy harta de ser tu chacha, desgraciada, pero esto se va acabar. En cuanto te largues de este mundo yo ocuparé tu lugar y yo seré entonces una cantante famosa, no tu sombra en los conciertos y la que te hace los coros. ¡Yo también tengo derecho a ser alguien en la vida y no una simple productora musical que no conoce nadie!!! Malditas seas Raquel, ojalá nunca hubieras nacido, estúpida. Ojalá mamá te hubiera abortado. (Se marcha, furiosa)

Y es que Martha le tiene una envidia terrible a su hermana tanta que incluso le desea la muerte y de hecho la está planeando con ayuda de un sicario profesional.


INT. / APARTAMENTO DE ÓSCAR, COCINA / NOCHE

Lejos de allí, en el barrio de Queens, en Nueva York, un fan obsesionado con Raquel está preparando unas cartas anónimas hechas con recortes de periódico formando palabras. Todas son amenazas de muerte hacia la cantante. 

 photo 14342465983044988208_zps4baqafm9.jpg

Óscar es esquizofrénico y vive obsesionado con Raquel Leyton, tanto así que tiene fotos y poster de ella así como recortes de prensa por toda su casa, pegados en las paredes. Óscar está mal de la cabeza y sentado a una mesa en la cocina de su casa, habla consigo mismo en soledad con ojos de psicópata enfermo mientras pega las letras en una hoja de papel, ayudado por unos guantes de látex y unas pinzas especiales.

Óscar: Vas a morir, puta… eres una zorra que se acuesta con todos menos conmigo… (Es lo que él cree) Hija de perra… estúpida negra bastarda, deberías estar muerta igual que el desgraciado de tu marido. Ese maldito narcotraficante jamaicano con el que te casaste. Jamás respondiste a mis cartas, mis regalos, mis flores… ¡Nunca quisiste conocerme! Pero me las vas a pagar maldita perra. Negra hija de puta, tienes los días contados… (Sigue pegando letras)


AL DÍA SIGUIENTE
INT. / BUNGALOW DE ALEJANDRO, SALÓN / DÍA
 
Alejandro acaba de darse una ducha, el guardaespaldas sale a la sala en toalla a la cintura pero justo en ese instante entra Raquel, quien se le queda mirando, algo tensa y nerviosa por la situación.

 photo 1434246662242736716_zpsjoqbeokk.jpg photo 143424641992859814_zpsco0jfcjv.jpg

Raquel: ¡Ay perdóoon!!! ¡No sabía que estaba en paños menores!! (Se tapa los ojos pero le mira con disimulo)

Alejandro: ¡Esto es el colmo! ¿Qué a usted no le enseñaron a llamar a las puertas o qué? (Enojado) ¡Haga el favor de darse la vuelta!

Raquel: Lo siento. (Se da la vuelta y sonríe, destapándose los ojos) Pero chico yo que iba a saber que estaba así, hombre. Además esta es mi casa y puedo entrar cuando se me dé la gana.

Alejandro: Perdone, su casa es la mansión esa grandota donde vive. Esto ahora es mi casa. ¿Entendió? Si no hable con su padre.

Raquel: Ya lo sé, ya sé que ahora vive aquí pero no hace falta se ponga tan grosero. Qué carácter.

Alejandro: Haga el favor de marcharse de aquí, no quiero discutir de nuevo con usted. Me tiene hasta las narices. Si quiere que trabaje para usted vamos a tener que poner unas reglas.

Raquel: ¿Unas reglas? (Volteando)

Alejandro: ¡Que no me mire!!

Raquel: Jajaja: ¡Perdón! (Le da la espalda de nuevo)

Alejandro: No va a salir sola de la casa sin mi autorización, nunca saldrá sola. ¿Me escuchó?

Raquel: ¿Ni pa ir por el pan? (Se burla)

Alejandro: ¡Para nada! Es más ya hablé con Jonathan, el chofer para que entre los dos seamos su sombra a partir de hoy.

Raquel: Ay por favor… ¿Sabe qué? (Se da la vuelta y le mira de nuevo) ¡Mire Alejandro, ya me tiene harta! Yo ya no soy una niña chiquita a la que pueda controlar y mangonear. ¿Está claro? Soy una mujer adulta.

Alejandro: Permítame que lo dude… ¿Adulta? Se comporta usted como una quinceañera. Debería verse, hasta su hijo es más maduro que usted.

Raquel: ¡No le consiento que me hable así, imbécil!! (Se abalanza para pegarle)

Pero Alejandro la abraza sujetándola de los brazos inmovilizándola. Ella se pone nerviosa al sentir tan cerca su respiración. La tensión sexual entre ambos aumenta por momentos.

Raquel: Suélteme. (Le gira la cara)

Alejandro: Hasta que no se calme y me hable con educación no la pienso soltar. ¿Me oyó? A partir de ahora va a hacer lo que yo diga. Es más hay algo que debe saber.

Raquel: ¿Saber qué? ¡Que me suelte de una vez!! (Se revuelve y se suelta de él)

Alejandro: Su padre no le ha dicho nada pero usted está siendo amenazada de muerte. Han recibido cartas anónimas durante meses.

Raquel: ¿Quéee?

Alejandro: Mire… (Le da una de dichas cartas de una mesa, ella la lee)

Raquel: Dios mío… (Leyendo) Eres una hija de puta, negra bastarda… ¿Qué demonios es esto? (Horrorizada)

Alejandro: Alguien quiere matarla, señorita Leyton y mi deber es protegerla, por eso estoy aquí.

Raquel: Jamás me imaginé que… (Leyendo la carta de nuevo)

Alejandro: ¿Entiende ahora que esté preocupado por su seguridad?

Raquel: Sí, claro… (Asustada)

Alejandro: Pero no tenga miedo, mientras esté conmigo le prometo que no le pasará nada. Se lo juro.

Raquel: Alejandro… mire… yo…

Alejandro: Si quiere disculparse por lo de ayer y hoy da igual… Estoy acostumbrado a tratar con gente soberbia que se creen más que nadie por el sólo hecho de tener dinero.

Raquel: Lo siento, no debí hablarle así… es que… es que nunca me ha gustado tener guardaespaldas. El último lo despedí hace meses porque no lo soportaba.

Alejandro: El viernes es el concierto en Manhattan, ese día vamos a tomar medidas especiales para garantizar su seguridad, señorita Leyton.

Raquel: Llámeme Raquel, por favor.

Alejandro: Está bien, Raquel.

Raquel: Alejandro… perdóneme por favor… Sé que es un buen hombre, le vi anoche hablando con mi hijo en el jardín.

Alejandro: No hace falta me de explicaciones, Raquel, no es necesario. Yo estoy aquí por trabajo, mas nada.

Raquel: Le prometo no volverá a pasar… Ahora mejor me voy. Siento haberle molestado. Le dejo que se vista.

Alejandro: ¿Ahora que si me quiere ayudar a vestir también? No hay problema. (Se burla)

Raquel: ¡Pero será descarado! (Tomando un cojín del sofá se lo lanza)

Alejandro: Jajaja. (Sonríe simpático)

Raquel: ¡Es usted imposible! (Sonríe avergonzada, y se marcha)

La joven sale del bungalow y ya en el jardín se encuentra con su padre, don Matías.


EXT. / MANSIÓN LEYTON, JARDÍN / DÍA

Padre e hija conversan junto a la piscina.

 photo 143424641992859814_zpsco0jfcjv.jpg photo 14342465163012073712_zpsqjgh0qka.jpg

Matías: ¿Qué hacías en casa de Alejandro?

Raquel: Ay papá, no empieces, no es lo que piensas.

Matías: Yo no digo nada…  pero a leguas se nota que te gusta ese tipo. Que te conozco desde que eras un bebé, hija, no me engañas.

Raquel: ¿Tanto se me nota? (Avergonzada)

Matías: No deberías mezclar trabajo con placer, Raquel. Alejandro es un hombre serio y correcto, no quiero que le des problemas. ¿Vas a hacer todo lo que te ha dicho?

Raquel: Sí, ya me dijo lo de las cartas. ¿Por qué no me informaron antes? ¿Eh? (Molesta)

Matías: Porque pensábamos que era mejor así, no quisimos asustarte.

Raquel: Muy mal hecho…

Matías: Quería comentarte sobre el concierto del viernes… este…

Pero en ese momento don Matías comienza a sentirse mal y se lleva una mano al brazo izquierdo. Es un infarto. Escuchamos música incidental.

Matías: ¡AHHH!!!! ¡AHHHHHHHHH!!!!

Raquel: ¡Papá! ¡Papá!!! ¿Qué te pasa, qué tienes?

Matías: ¡Raquel!!! (Se cae desplomado al piso sin conocimiento)

Raquel: ¡OH Dios míoooo!!! ¡Alejandroooo, Alejandroooooooo!!!! ¡Ayuda por favor, mi papá se muereeeeee!!! ¡Socorroooooooooo!!!!! (Chillando como loca, desesperada)

CONTINUARÁ…