ALMAS GEMELAS
CAPÍTULO 2: BESOS ROBADOS
NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS
INT. / HOSPITAL, URGENCIAS, SALA DE ESPERA / DÍA
Raquel y su hermana Martha están en espera de noticias sobre la salud de su padre, don Matías, quien como recordaremos sufrió un infarto en el capítulo anterior. Junto a ellas se encuentran Miguel, el mánager de la cantante, así como Alejandro, su guardaespaldas.
Martha: Como le pase algo a mi papá me muero, te lo juro hermana…
Raquel: Dios mío… ojalá pronto nos den noticias… estoy en un sin vivir, Martha.
Alejandro: Disculpe que las interrumpa… por ahí creo que llega un médico.
Todos voltean a ver…
Miguel: ¿Doctor, sabe algo de mi tío Matías Leyton? Soy su sobrino, me llamo Miguel.
Doctor: Buenos días… Entonces… ¿Son ustedes los familiares de Matías Leyton?
Raquel: Así es doctor, mi hermana y yo somos las hijas.
Alejandro: ¿Cómo se encuentra don Matías? ¿Está bien?
Doctor: Afortunadamente está fuera de peligro, logramos estabilizarlo pero está grave.
Raquel: ¿No y que acaba de decir que está fuera de peligro? No entiendo.
Doctor: Su padre está muy delicado. Lo más seguro es que tengamos que tenerlo ingresado durante al menos una semana en el hospital y ver su evolución.
Alejandro: ¿Qué fue lo que pasó?
Doctor: Don Matías sufrió un infarto…
Martha: Oh Dios mío… (Preocupada) Alejandro… (Se abraza al guardaespaldas de Raquel, descaradamente)
Alejandro no sabe como reaccionar y se siente algo incómodo. Mientras tanto Raquel les mira celosa…
Miguel: Doctor… ¿Cuándo podremos pasar a ver a mi tío?
Doctor: Si quieren pueden entrar a verle dos personas.
Raquel: Yo primero, por favor…
Miguel: Y yo… quiero saber como está mi padrino.
Doctor: Ok, perfecto, acompáñenme, por favor.
Raquel: Está bien, doctor. Luego hablamos… (Mirando a Alejandro y Martha)
Cuando Miguel y Raquel se han marchado con el médico, Martha conversa a solas con Alejandro.
Martha: Disculpe Alejandro… no debí… (Finge vergüenza)
Alejandro: No se preocupe señorita, no hay problema, entiendo.
Martha: Puedes hablarme de tú, por favor. No me gusta me traten de usted, soy una mujer joven todavía. ¿No le parece?
Alejandro: Sí, perdón, es la costumbre. Suelo hablar así a mis clientes.
Martha: Pero yo no soy su cliente, Alex… soy la hermana de su cliente. Puede haber confianza.
Alejandro: Como usted prefiera, señora Leyton, perdón, como tú prefieras. (Sonríe)
Martha: Así me gusta… sabes Alejandro… (Le empieza a acariciar el pecho sobre la camisa)
Alejandro: Señorita… (Nervioso)
Martha: Me gustas mucho… pero mucho, mucho, papi… (Sonríe coqueta)
Alejandro: Creo que este no es el momento ni el lugar para…
Martha: No digas nada, mi amor… ¿Sabes? Si tu quisieras podríamos pasarla muy rico los dos juntos… ¿Qué dices? (Le guiña un ojo)
Alejandro: Estoy trabajando señorita, no me diga esas cosas. (Tenso)
Martha: ¿Qué problema hay? Soy una mujer atractiva, tú eres un hombre… ufff… (Se muerde el labio) Un galán de telenovela.
Alejandro: Le repito que…
Ella se coloca detrás de el y le acaricia el cuello con descaro, tocándole el pecho sobre la camisa a espaldas de Alejandro.
Martha: ¿No te gustaría pasar un buen rato conmigo, papacito? (Sonríe con vanidad)
Alejandro: Ya basta por favor… ¡Basta ya! (Voltea) No estoy aquí para eso… estoy aquí para velar por la seguridad de su hermana Raquel. ¿Entendió?
Martha: Raquel, Raquel… chico, pareciera que te gustara mi hermana en vez de yo.
Alejandro: Piense lo que quiere, si me mude a su casa fue por trabajo. No me interesa Raquel.
Martha: ¿Ah no? He visto como la miras… no soy tonta. Te gusta mi hermana.
Alejandro: ¿Y si así fuera, qué debería eso importarle a usted, ah? (Molesto)
Martha: Raquel es una desabrida, no sé que le has visto… Te aseguro que yo puedo darte muchas más cosas de lo que ella te daría jamás, mi amor.
Alejandro: Le he dicho que…
Martha: ¿Y no será que eres gay? (Se burla)
Alejandro: Jajaja. La típica frase cuando un hombre rechaza a una mujer… ¿Sabe qué? Que no todos los hombres nos acostamos con la primera ofrecida que se nos pone por delante.
Martha: ¡Pero será descarado! (Le intenta dar una bofetada pero él la toma del brazo)
Alejandro: No me interesas Martha, no me gustas. (Sonríe burlón) No eres mi tipo. ¿Entendiste?
Martha: Desgraciado… maricón… ¡Imbécil! ¡Te vas arrepentir de esto! ¡Te lo juro!! (Se va, furiosa)
Alejandro: Jajajajaja. Pero será estúpida… ¿No y que está su padre ingresado, que casi se muere y la tipa se me regala en medio de un hospital? Esto es alucinante, en serio.
En ese momento aparece Raquel, quien ya ha estado visitando a su padre en urgencias.
Raquel: Disculpa Alejandro… apenas tuve unos minutos para visitar a mi papá. Miguel se fue a la cafetería con mi hermana.
Alejandro: ¿Cómo está don Matías?
Raquel: Regular… consciente pero muy débil. Dice que no va a poder ir a verme al concierto del viernes. (Triste)
Alejandro: No se preocupe, seguro la podrá ver actuar por la tele. (Sonríe) O por internet.
Raquel: Es verdad, no lo había pensado, qué tonta. El concierto es televisado.
Alejandro: Por eso mismo… y ya deberíamos regresar a la casa pues tenemos que planificarlo todo bien.
Raquel: Ok… le acompaño entonces… Sí, hay que pensarlo todo, hora de llegada, puerta de entrada para ir a mi camerino en el auditorio…
Alejandro: No se preocupe. Hablaré con Jonathan, su chofer, para que todo salga perfecto. No tema, no le pasará nada.
Raquel: Tengo miedo que ese loco de las cartas esté allí entre la gente.
Alejandro: Yo estaré cerca de usted, no tenga miedo. Le juro que todo irá bien.
Raquel: Sólo le pido una cosa.
Alejandro: Usted dirá, señorita Leyton.
Raquel: ¿Eres colombiano?
Alejandro: No… ¿Por qué?
Raquel: Todo el rato con el usted, usted para arriba, usted para abajo, me tiene harta ya.
Alejandro: Jajaja, perdón, ya le he dicho. Es mi forma de hablar con los clientes. Es por respeto.
Raquel: Pues no me respete tanto que ya me tiene aburrida con el usted y el señorita Leyton.
Alejandro: Jajaja. Lo siento, no volverá a pasar, se lo prometo. A partir de ahora nos hablaremos de tú.
Raquel: Eso está mejor… (Sonríe dulce)
Ambos se miran a los ojos y escuchamos las primeras estrofas de “I will always love you”, de Whitney Houston, tema musical de la historia.
INT. / MANSIÓN LEYTON, SALÓN / NOCHE
Raquel, Miguel, Martha, Alejandro y Jonathan, el chofer, están hablando sobre el concierto del viernes. Alejandro les muestra un plano del auditorio y de la zona, sobre una mesa, así como les va indicando ciertos lugares y explicando lo que van a hacer.
Alejandro: ¿Entendieron? Jonathan y yo llegaremos con Raquel por la puerta principal en el primer coche. En el segundo viajarán Miguel y Martha.
Raquel: Me parece bien, Alejandro.
Martha: (Imitándola) Me parece bien, Alejandro… ¡Esto es una estupidez! ¡Deberíamos viajar todos en el mismo coche como siempre!
Alejandro: Dos coches siempre distraen más la atención de la gente y si el tipo de las cartas anónimas está por allí, le confundiremos un poco.
Miguel: Buena idea, Alejandro, la verdad no lo había pensado así.
Alejandro: Después llegaremos al camerino, todos juntos, siempre rodeando a Raquel.
Jonathan: ¿Y qué hay si ese tipo intenta algo?
Alejandro: Para eso les voy a dar esto… (Les muestra dos pistolas a Miguel y Jonathan)
Miguel: ¿Te has vuelto loco Alejandro?
Alejandro: Toda seguridad es poca, es probable que el tipo intente atacar a Raquel, por lo que si van armados, ella se sentirá más protegida. Eso sí, Raquel, no te separarás de mí, ni un solo momento hasta que no subas al escenario. ¿Entendiste?
Raquel: Ok, Alejandro. Sabes que confío en ti y pongo mi seguridad en tus manos.
Alejandro: Tu hijo se quedará en la casa con la niñera y uno de mis hombres de confianza.
Miguel: ¿Has contratado a alguien más?
Alejandro: Tengo un buen amigo que nos echará una mano con eso. No se preocupen. NO quiero que la casa quede sola en nuestra ausencia.
Raquel: ¿Crees que ese loco podría intentar hacerle daño a mi hijo? Dios mío… (Asustada)
Alejandro: No creo, las amenazas siempre van dirigidas a ti. Precisamente hoy han llegado dos cartas más.
Raquel: Ese chiflado va a volverme loca. Cuando fui hoy al hospital por lo de mi papá, miraba a todas partes como una paranoica. Empiezo a ver cosas donde no las hay.
Martha: Yo creo que Alejandro está exagerando, Raquel… ¿Qué te va a pasar? Seguro no es más que un loco enamorado de ti y como no les das bola pues te insulta con anónimos. Esos tipos son inofensivos, perro que ladra no muerde, mujer.
Alejandro: No podemos fiarnos de eso Martha. Las cartas son claras amenazas de muerte, no simples insultos de un fan chiflado.
Raquel: ¿Ha hablado ya con la policía sobre todo esto, Alejandro?
Alejandro: Sí, precisamente hace un rato hablé con el comisario. Están al tanto, ya tienen varias cartas en su poder para analizarlas e intentar encontrar huellas, ADN, o algo que pudiera identificar a ese tipo.
Miguel: Esperemos den cuanto antes con ese cerdo. Mi prima no puede estar 24 horas en un sin vivir, pensando lo peor.
Alejandro: Bueno pues ahora a esperar al viernes.
UNA SEMANA DESPUÉS
INT. / BUNGALOW DE ALEJANDRO, SALÓN / NOCHE
Ha pasado una semana y poco a poco Raquel y su guardaespaldas han ido haciendo más amistad hasta el punto de que su relación tan tensa del inicio se ha convertido en algo muy especial. Alejandro está viendo una película sentado en el sofá, cuando es interrumpido por Raquel. Es la víspera del concierto.
Raquel: Buenas noches, Alejandro, perdona que te moleste.
Alejandro: ¡Hola! No te esperaba, Raquel. ¿Algún problema? (Se levanta del sofá)
Raquel: Sólo venía a desearte las buenas noches. Ah, y saludos de mi hijo. (Sonríe)
Alejandro: Ese chaval es bien simpático. No se parece mucho a ti, que digamos.
Raquel: Gracias por el cumplido… (Con sarcasmo)
Alejandro: Jajaja, vamos, no te enfades, era una broma.
Raquel: Lo sé… Alejandro… gracias.
Alejandro: Gracias… ¿Por qué?
Raquel: Por lo que estás haciendo por mí, y por mi familia. Si no fuera por ti no se si mi papá se habría salvado.
Alejandro: Hice lo que tenía que hacer, además yo no le salvé, le salvaron los médicos.
Raquel: Eres un hombre muy noble. David te admira mucho. ¿Sabes? Dice que le gustaría ser guardaespaldas como tú de mayor.
Alejandro: Pues es una vida muy dura, no se la recomiendo. Mejor que estudie. (Sonríe)
Raquel: Eso le digo pero bueno, niños… ya sabes como son. Un día quieren ser astronautas, otro bomberos, otro guardaespaldas de cantantes famosas….
Alejandro: Jajaja.
Raquel: Me gusta cuando te ríes. Tienes una bonita sonrisa. ¿Nunca te dijeron? (Nerviosa)
Alejandro: Gracias…
Raquel: ¿Sabes, Alejandro? Desde que mi marido murió no había vuelto a…
Alejandro: ¿A?
Raquel: Nada, olvídalo…
Alejandro: ¿Qué pasa Raquel? (Se le acerca)
Raquel: Nada, no me pasa nada… no te me acerques… (Nerviosa)
Alejandro: Perdón…
Raquel: Es que… es que me pones muy nerviosa.
Alejandro: Lo sé… (Sonríe)
Raquel: Alejandro, yo…
Pero en ese momento, el guardaespaldas la toma de la cintura y la roba un dulce y apasionado beso en los labios. Raquel se deja llevar y juntos se besan durante unos instantes, escuchamos música, I will always love you, de Whitney Houston.
Alejandro: Lo siento, no pude evitarlo… (Avergonzado)
Raquel: ¡Alejandro! (Nerviosa, avergonzada)
Alejandro: No puedo evitar sentir estos deseos de besarla cuando la siento tan cerca de mí.
Raquel: No me digas esas cosas, por favor…
Alejandro: Perdóname, Raquel, no volverá a pasar. Se lo juro.
Raquel: No me hables de usted, te he dicho.
Alejandro: Lo siento. Es que…
Raquel: No digas nada, por favor…
En es momento ella se lanza a besarle, ambos se dejan llevar nuevamente. Raquel y Alejandro se besan apasionadamente, abrazados junto a la ventana del salón del bungalow de él. Desde la mansión, desde la ventana de su cuarto, Martha los ve y…
INT. / MANSIÓN LEYTON, DORMITORIO DE MARTHA / NOCHE
Martha: Zorra… sabía que te le ibas a meter por los ojos al guardaespaldas, desgraciada pero te va a durar poco el capricho. Pronto yo seré la dueña de todo esto y triunfaré en los escenarios como me merezco, eso te lo juro estúpida. Tienes los días contados. (Sonríe con maldad y bebe de una copa de ginebra con hielo)
INT. / BUNGALOW DE ALEJANDRO, DORMITORIO / NOCHE
Alejandro y Raquel siguen besándose, abrazándose, llenándose de caricias y besos, mientras ambos se desnudan lentamente. Ella le desabrocha la camisa, él hace lo mismo con su blusa… Ambos se dejan llevar por la pasión esa noche, sin importarles nada ni nadie. Alejandro y Raquel hacen el amor por primera vez, envueltos entre sábanas blancas y con el sonido del tema musical de esta historia como telón de fondo.
AL DÍA SIGUIENTE
Nuestra pareja protagonista aún duerme, Raquel abrazada al pecho desnudo de Alejandro. Los primeros rayos del sol entran por la ventana e iluminan el dormitorio. Raquel comienza a despertar, él hace lo mismo…
Raquel: Buenos días, Alejandro. (Sonríe, le besa en el pecho)
Alejandro: Buenos días… (Sonríe tierno)
Raquel: Te quiero…
Alejandro: Raquel…
Raquel: ¿Qué pasa, Alejandro? ¿Dije algo malo?
Alejandro: Creo que nos precipitamos… esto… esto no… no puede pasar otra vez. (Se levanta de la cama y se comienza a vestir)
Raquel: ¿Qué? ¿Estás hablando en serio?
Alejandro: (De pie) Lo de anoche fue maravilloso, de verdad, pero… no debí hacerlo. No está bien. Tú eres mi cliente, yo tu guardaespaldas. Me he saltado las normas.
Raquel: ¡Deja de decir estupideces, Alejandro! ¡Los dos lo hicimos porque quisimos, somos adultos!
Alejandro: ¿No lo entiendes? No puedo protegerte así.
Raquel: Claro pero si puedes hacerme el amor. ¿Verdad? (Enojada)
Alejandro: No seas así… yo… (Avergonzado)
Raquel: Pensé que yo te gustaba de verdad, pero ahora veo que sólo he sido una aventura para ti. ¿Qué, estarás contento de haberte tirado a una cantante famosa, verdad?
Alejandro: ¡Eso no es cierto! (Molesto) No me hables así, no es lo que piensas, ya te dije. Tú eres mi cliente.
Raquel: ¡Al diablo con eso! (Se levanta de la cama envuelta en una sábana) Me gustas mucho, Alejandro, me encanta tu compañía, tu forma de ser… Eres un hombre noble, tierno, sincero… (Sonríe dulce)
Alejandro: Raquel, por favor…
Raquel: No quiero que salgas de mi vida…
Alejandro: No me hagas esto.
Raquel: Dime que no te vas a marchar.
Alejandro: Tengo un contrato y debo cumplir con mi trabajo.
Raquel: No estoy hablando de eso. No te necesito como guardaespaldas, sino como hombre.
Alejandro: Raquel…
Raquel: Te amo, Alejandro… te amo. (Le besa)
Alejandro: Y yo a ti…. (Se besan)
En ese momento, suena el teléfono de la mesilla. Raquel contesta y...
Raquel: ¿Aló?
Voz masculina: Puta, vas a morir... (Colgando la llamada)
La cantante se queda petrificada, muy nerviosa y asustada. Alejandro la mira sin entender lo que ocurre. Escuchamos música incidental...
CONTINUARÁ…